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SALINERAS DE MARAS - TERRAZAS DE SAL | PERÚ


“Cuenta la leyenda que luego de una gran lluvia, los cuatro hermanos Ayar salieron de una sagrada montaña con la misión de llegar al hermoso valle del Cuzco y fundar el Imperio de los Incas. Al llegar a la cumbre de la montaña Huequey Willca, Ayar Cachi, Ayar Auco y Ayar Ucho, supieron que el único que debía fundar el imperio sería Ayar Manco y su esposa Mama Ocllo.

Ayar Cachi empezó a llorar de tristeza transformándose en una montaña de piedra y a raíz de la abundante cantidad de lágrimas secas, nacieron los más hermosos salares del Imperio de los Incas.

Ayar Cachi, antes de morir, le pidió a su esposa que su cuerpo convertido en sal fuera entregado a cada indio, ella trasladó a su esposo hasta una meseta llamada Maran donde esparció la sal por todo el Tahuantinsuyo. Hoy esta meseta tiene el nombre de Maras.”

Rodolfo "Locrito" TAFUR Zevallos


Fotografía: ©KTao

A lo largo de la cordillera de los Andes son muchos los ejemplos que podemos observar del ingenio y la destreza de los Incas. Una cultura que logro entender e intervenir el paisaje estableciendo un vínculo directo con el entorno a pesar de las adversidades geográficas, que los llevo a convertirse en uno de los imperios más poderosos de la región.


El valle Sagrado fue muy apreciado por esta cultura debido a sus particulares cualidades climáticas y geográficas. Fue uno de los principales puntos de producción por la riqueza de sus tierras y lugar en donde se produce el mejor grano de maíz del Perú.


En Maras los Incas construyeron un tipo de andén diferente al del resto de sus intervenciones, basado en pequeñas parcelas inundables. Una obra inspiradora y desconocida a la vez, sumergida en medio del valle y rodeada por un impresionante paisaje, al que tan solo se puede acceder desde lo alto, o a través de una serie mesetas que lo rodean.


Los espectaculares estanques de sal generan la sensación de una capa de nieve de diversos tonos de blanco o marrón, que cubre la ladera de la montaña Qoripujio, conformando un paisaje único que supera cualquier obra de ingeniería moderna.


Se cree que las salinas fueron construidas originalmente por la civilización Wari, antecesora a los incas. Sin embargo, serían estos últimos quienes vieron una oportunidad económica de cosechar la sal de Maras, expandiendo las salinas más arriba de la ladera de la montaña.


Fotografía: ©pullante

La sal proviene de un flujo subterráneo de agua que mediante una compleja red de canales es dirigida hasta los más de 3.000 pozos elaborados con bloques de sal y arcilla. Cada estanque mide entre 4 y 10 metros cuadrados, con una profundidad que varía de10 a 30 centímetros, según la posición y la altitud.


Durante innumerables generaciones, las terrazas han sido traspasadas y construidas meticulosamente con las manos y las palas de los nativos locales. Sus formas y dimensiones están adaptadas a la vertiente de la quebrada.


El sistema de extracción comienza cuando las miles de piscinas son llenadas con agua salada, para posteriormente ser contenidas por días, que con la ayuda del intenso sol el agua es evaporada, dejando únicamente los cristales de sal pura sobre la superficie. Luego de 1 mes la sal alcanza 10 cm de altura, momento en el cual es cosechada mediante un trozo de madera, siendo colocada en pequeños cestos para eliminar el agua sobrante.


La vista del conjunto de pozas es única. Los pobladores locales enseñan a los visitantes sus técnicas ancestrales y permiten que intervengan en la recolección, así como en las fiestas y rituales de la región.


Fotografía: ©Billy Shih

Si bien en la actualidad la administración de los pozones es comunal, la herencia del territorio productivo ha permitido mantener la tradición y explotación bajo sistemas artesanales, lo que le da valor agregado y contribuye a potenciar el turismo de la región.


La sal obtiene su hermoso color rosado de los elementos naturales del agua del manantial, que incluyen magnesio, calcio, potasio y silicio. En el mundo solo hay 4 lugares donde se puede extraer sal rosada y Maras es uno de ellos.


La sal se comercializa en puestos de venta en la entrada de las salinas, así como en los pueblos cercanos y es exportada a diversos países del mundo. Los expertos indican que su sal es muy beneficiosa por la baja concentración de cloruro de sodio siendo propicia para regular la presión arterial. Es recomendada para cuidar la salud, debido a que contiene propiedades desinflamantes y cicatrizantes.


Si consideramos que los antiguos incas adoraban al sol y que la sal de este lugar es formada por los residuos de evaporaciones que requieren del poder y energía del sol, entonces podremos entender porque esta sal fue y seguirá siendo tan importante para la comunidad local.


Las salineras de Maras no solo nos transportan a la época del legendario imperio Inca, sino que también nos conectan con su cultura, proporcionándonos un ejemplo real del poder sanador de este precioso cristal rosado.


Fotografía: ©Alberto Godino

Texto: Alberto Herrera ©


Bibliografía

https://www.boletomachupicchu.com/salineras-de-maras/

http://blog.redbus.pe/turismo-aventura/salineras-de-maras-turismo-valle-sagrado/

http://chefrafaelpiqueras.blogspot.com/2011/05/leyenda-sal-de-maras.html


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