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TERRA FLUXUS - Dynamics, Processes and Times: the Estuary as a Complex Adaptive System 

 

“Verde de montes y negra de minerales”

 

Tenía Asturias dos colores, dos colores la caracterizaban para Pedro Garfias. El carbón transformó una tierra que había sido labriega, pobre y emigrante. Un arrasamiento paisajístico: bocas de mina por las que fluían la codiciada hulla, manchando de negro los prados vecinos, alambres, terraplenes, vagonetas, lavaderos; el río corriendo agua sucia; los castañares talados…

 

La extracción incontrolada de recursos naturales, en pro de un exceso de consumo como especie, ha sometido al estuario del Nalón a un fuerte proceso de transformación en un breve periodo de tiempo. La falta de deliberación sobre la estética natural durante el pasado siglo alentado por los logros de la Revolución Industrial ha tenido numerosas consecuencias para su configuración. El paisaje se ha convertido en el nuevo campo de acción donde el ser humano ha dejado de ser simple observador y se ha convertido en el elemento indispensable para la transformación del territorio, dando pie a una especie de conglomerado de artefactos y naturalezas. Lo que antes eran valles naturales con estructuras económicas y sociales rurales, pasaron a albergar agrupaciones atomizadas de una densidad inesperada que convivían con la huella que iban perpetrando en el territorio.

 

Este territorio se percibe como una mezcla heterogénea de identidades contrapuestas. La coexistencia de los paisajes natural, rural, industrial y urbano hace que cada uno de ellos aun mantenga una especie de batalla por hacerse con el carácter del lugar. Esto ha propiciado la aparición de modelos edificatorios y de ordenación urbana heterodoxos que llevan inscritos en su código genético el conflicto sobre el que se levantan. El paso de objeto a sujeto del paisaje, el reconocimiento de que es algo dotado de vida y entropía y sujeto a fluctuaciones idénticas a las humanas permite alcanzar una nueva posición de partida en el entendimiento de la intervención en el paisaje. Sin embargo, son precisamente tales mediaciones las que necesitan analizarse para que la adopción de los temas ecológicos resulte fructífera en la transmutación a la arquitectura. La adaptación a estos escenarios pasa por comprender los procesos de resiliencia naturales apoyándose en la observación no contemplativa de un contexto familiar: el estuario del Nalón.

 


La propuesta entiende que la recuperación de la frágil relación entre la memoria patrimonial del lugar y la transición generacional ecológicamente vulnerable pasa por consolidar y potenciar la identidad y la tradición heredada adaptándolas a la inestabilidad y crisis climática. Basada en la intensidad colectiva de una conciencia vecinal, a ambos lados del Nalón, que espera la lógica puesta en valor de sus “artefactos” de identidad, que conforman un museo al aire libre, se busca su implicación en un modelo de procesos co-evolutivos de las primeras comunidades entre vecinos y su entorno natural. Interpretados en un código contemporáneo que introduce al ecosistema dentro de un proceso de resignificación donde el modelo capaz de albergar cualquier espacio productivo, económico, ecosistémico, sostenible, residencial o de trabajo no es estable, sino que cede en favor de los procesos cambiantes, las dinámicas y los tiempos. Una transición a un modelo “ecocéntrico” en el que la preservación y recuperación de los ecosistemas de gran valor natural se convierten en el centro a partir de los que se articulan el resto de las estrategias basadas en la naturaleza. En esta línea de pensamiento se propone la construcción de un paisaje generativo basado en los ciclos, los procesos y flujos que engendran diferentes formas de interacción con la naturaleza. El estuario emerge como una figura improbable y fluctuante capaz de amortiguar y autoorganizarse frente al caos, pero manteniendo la tradición, el arraigo y la autosuficiencia que permite la utilización de los recursos y la excelente gestión del agua dentro de un ecosistema circular.

 

TERRA FLUXUS ofrece una aplicación práctica de las lecciones aprendidas en los textos de Robert Smithson, Gilles Clément, James Corner, Bruno Latour, Miriam García, Paisaje Transversal y Sara López Arraiza, para reconvertir la imagen convencional que se tiene de un paisaje cultural tradicionalmente denostado, pero con una fuerte identidad, desde una mirada desprejuiciada y preocupada por la crisis climática actual. Hoy más que nunca, donde la incertidumbre está a la orden del día, es necesario comprender que no basta con recuperar y preservar un estado original, momificado bajo la lente de la nostalgia. Ni en términos de paisaje natural ni ligado al patrimonio industrial. Su recuperación debe ir acompañada del reto de un diseño, planificación y anticipación resiliente basado en la comprensión del estuario como sistema adaptativo complejo que se adapta a los cambios introducidos por la actividad humana.




Nociones de termodinámica y resiliencia: caos y autoorganización


La aplicación de la teoría de las estructuras disipativas de Ilya Prigogine y del enfoque panárquico de Holling proporciona una perspectiva integradora de los sistemas abiertos y su dinámica irreversible. Esta teoría destaca la importancia de los cambios y la adaptabilidad en los sistemas complejos más allá de la resiliencia natural, sino pudiendo ser aplicable a la concepción y percepción de la noción y estética de paisaje devastado. El estuario ejemplifica la respuesta de un ecosistema capaz de adaptarse a los cambios introducidos por la actividad humana. Dentro de nuestra propuesta puede mantener su estructura y complejidad al intercambiar energía y materia con su entorno, lo que le permite mantener un flujo constante de energía y mantener su organización. Para ello es indispensable el entendimiento del resto de subsistemas como parte de un complejo mayor. La propuesta no comparte la opinión generalizada que considera el estuario obsoleto y que aboga por un estado de sobre proteccionismo, equilibrio o reposo que lo condene a una “muerte térmica”; sino que confía en su resignificación como espacio para la experimentación, investigación y educación ambiental. Un catalizador de nuevas estrategias para los sistemas socio-ecológicos que cohabite con la diversificación de actividades innovadoras que intercambian energía y materia con el estuario bajo el nombre de economía azul.

 

Por medio del estudio de las dinámicas y los diversos ciclos adaptativos del estuario, se desmitifica el pensamiento vinculado a la excesiva protección y a la idea de no provocar ‘impactos’ en el entorno para adaptarlo a las nuevas necesidades humanas y no humanas ante la emergencia climática.




Paisaje dinámico: de Terra firma a Terra Fluxus


La denominación terra firma -firme, no cambiante, fijo y definido- cede en favor de los procesos cambiantes que atraviesan el ámbito urbano, terra fluxus. Esto significa diseñar y planificar procesos lentos, de larga duración y escala global y al mismo tiempo estar preparados para intensas y rápidas perturbaciones a escala local. Ensayar nuevas áreas de oportunidad en el pensamiento arquitectónico contemporáneo y reconvertir la imagen convencional ante la necesidad de volver a concebirlo como contemplativo bajo una nueva estética ecológica. La adaptación de la arquitectura como hábitat artificial acondicionado a estos escenarios pasa por comprender los procesos de resiliencia naturales.

 

El objetivo de señalar al estuario del Nalón como una estructura disipativa alejada del equilibrio dentro de un sistema adaptativo complejo es mostrar cómo esta imagen de naturaleza renueva la concepción de naturaleza de la termodinámica clásica, otorgándole sentido positivo a conceptos que aparecían sólo de manera negativa en aquella: irreversibilidad, no-equilibrio, apertura, inestabilidad, no-linealidad, fluctuaciones, para superar así la brecha entre vida y materia presente en la termodinámica clásica.

 

Paisaje representado: la importancia de la sección geológica en la estética termodinámica


En estos tiempos de incertidumbre es urgente y necesario repensar el estrato geológico redescubriendo las riquezas que presenta el territorio potenciando sus valores gráficos más significativos. Estudiar las características topográficas, climáticas, medioambientales y culturales de nuestros ecosistemas por medio de cada una de sus capas, aporta especificad local a nuestras intervenciones. Es necesario reaccionar ante el entorno físico y virtual, insertándose en el medio a fin de generar respuestas híbridas locales al tiempo que globales. Las lecturas termodinámicas y geológicas del ecosistema presentan numerosas variaciones que reflejan intereses propios de un contexto temporal y espacial vinculado a los flujos comprendidos en esas capas. Es en este contexto dónde hay que referirse a una necesidad de recuperación de la información Humboldiana del plano “horizontal” del suelo como estrato geológico para convertirlo en un campo de acción. El suelo se convierte en una superficie activa, un plano construido afectado por procesos externos donde la arquitectura emerge como una figura improbable y fluctuante.




El lugar ha cambiado: coevolución con lo que nos rodea


La propuesta se centra en cuatro estrategias y cuatro escalas temporales fundamentales para preservar la identidad del lugar y anticiparse a la autoorganización en una estructura superior. Imágenes evocadoras no formales reinterpretadas en un código contemporáneo que introduce una sinergia de coexistencia entre habitar y renaturalizar dentro de un ámbito de escala territorial y urbana mediante una intervención global, que difumina la estricta zonificación del estuario, con voluntad de permanencia, pertenencia y coevolución.

 

El tiempo construye el habitar


En la obra literaria de Lewis Carrol, al empezar el cuento, Alicia se duerme y empieza a soñar que cayendo siente sueño y se empieza a dormir. Y a partir de aquí, sucede un viaje a través de distintos espacios que se hacen materiales gracias a los sucesivos cambios de escala de la niña, cuya estatura normal se va modificando. El espacio no tiene tamaño, no es pequeño o grande, sino que depende de la transformación de Alicia.  La percepción del espacio es semejante a lo que pasa con el concepto de “tiempo”, es relativa y depende de nuestras referencias y necesidades. El espacio-tiempo es la experiencia real o imaginaria. De igual manera George Perec atisbaba la relatividad escalar del espacio en relación con el tiempo. “El espacio parece estar más domesticado o ser más inofensivo que el tiempo: en todos los sitios encontramos gente que lleva reloj, pero es muy raro encontrar gente que lleve brújula.”

 

En términos de ecosistema, la escala temporal es una cualidad genéricamente vinculante. Establece permanentemente relaciones cambiantes. Su relatividad se espeja en la de las tomas de decisión de los procesos de ideación, adaptación y anticipación. Se propone una visión a corto y medio plazo durante el transcurso de los plazos largos. Se propone un paisaje en proceso a partir de una serie de etapas flexibles, yuxtapuestas y continuadas. Un proyecto generativo y legible para promover la diversificación y la sucesión en el tiempo de especies humanas y no humanas en completa coevolución.

 

 A_Tiempo geológico: una infraestructura adaptativa de dinámicas y procesos para la conformación de un paisaje resiliente


El patrimonio natural del estuario actúa como catalizador del desarrollo sostenible en el que el desarrollo urbano y económico y la preservación de la flora y la fauna endémica forman un sano equilibrio por encima y por debajo del nivel del agua. A la luz de la crisis ambiental, es difícil proponer un nuevo desarrollo sin abordar los crecientes desafíos biológicos que se llevan sucediendo en el estrato tierra y en las aguas del Nalón. Se actúa a largo plazo mediante la aplicación de medidas basadas en la consulta vecinal por orden de prioridad, presente-futura, la prueba, la monitorización, la adaptación y la consolidación con el fin de convertirse en un modelo a seguir en el desarrollo sostenible, la circularidad y las nuevas ideas en el desarrollo urbano, cuyo objetivo reside en crear nuevos hábitats para todas las especies vivas.

 

Las áreas verdes y azules preservadas y recuperadas sirven como un paisaje pedagógico y un camino recreativo para los humanos y otros seres vivos. Las mejoras en las marismas y fondos marinos, la eliminación de especies invasoras y rellenos antrópicos, la conexión de ecosistemas y la creación de “un cuarto para el río” son parte de las estrategias naturales para vivir el estuario ante la crisis climática y educarnos frente a estos nuevos hábitats resilientes.



 Preservación del ecosistema heredado


Las estructuras naturales heredadas son preservadas con el objetivo de proteger el estuario, conservar su biodiversidad y adaptarnos al cambio climático. Las marismas existentes en la Xunquera y la Llama, la aliseda pantanosa, y las playas de Garruncho y la Guardada son ampliadas mediante la recuperación del entorno circundante que constreñía estos ecosistemas y no permitía su avance ni retroceso. De esta forma, se preserva la vida no humana y la biodiversidad. La acción más importante para la preservación, junto con el aporte de especies autóctonas, es el tratamiento de los bordes que permiten, en una siguiente fase, conectarlos biológicamente a los nuevos ecosistemas recuperados. La preservación valora lo heredado anticipándose a su fluctuación, promoviendo las condiciones optimas para que sus procesos naturales permitan el desarrollo de las comunidades bióticas.


 Recuperación del ecosistema degradado


El principal objeto es la ampliación de la superficie de los ecosistemas valiosos mediante la incorporación de estas áreas. La degradación de los ecosistemas por la acción humana se revierte mediante la intervención en las grandes explanadas de hormigón en Puerto Chico, La Xunquera, así como la plataforma de la playa de La Llama y la recuperación de las playas situadas en origen en los extremos norte y sur de la plataforma de San Juan de la Arena, en pro de las aguas del Nalón. La recuperación de estas zonas consiste en la retirada de infraestructuras duras, la eliminación de especies invasoras, el relleno de canales, la mejora de calidad de los suelos, la restitución de los flujos de agua para que favorezcan el aporte de sedimentos y nutrientes, y la renovación de los suelos con especies silvestres. Medidas basadas en procesos naturales combinadas con acciones puntuales en las zonas mas vulnerables.

 

Así, por ejemplo, la estrategia de mejora del flujo y la circulación hidráulica adopta la forma de una entrada de marisma o de una llanura rebosadero, según contexto. Por último, para alimentar las marismas recuperadas, no se requiere de mucho sedimento, sino que se colocaran de modo estratégico pequeñas cantidades de sedimento procedentes del dragado para que capturen mejor los sedimentos gracias al estudio de la velocidad, flujos y transporte de los canales. Junto a ello se limpia de aquellas infraestructuras en desuso que interfieren con las dinámicas fluviales. Otra de las medidas se produce con la deforestación del bosque de eucaliptos que conlleva tres fases: deforestación progresiva de la especie exótica invasora, la transformación de dicha especie en madera para la construcción de las nuevas infraestructuras mediante incentivos económicos locales, lo que promueve una industria de la madera en el nuevo complejo “El Astillero”; y la inmediata reforestación empleando especies autóctonas.


The Room for the river


La manipulación del terreno, en especial su relieve, es la respuesta de cualquier civilización ante las inundaciones. Una variable de estas formas de terreno es lo que llamamos los vacíos, es decir, dar más espacio a las inundaciones. The Room for the river, aboga por 9 estrategias topográficas a lo largo del estuario como medidas frente a las inundaciones en las zonas urbanas. La propuesta anticipa los espacios de expansión del Nalón para aliviar la presión sobre los núcleos. Con ello, se mejora la calidad paisajística de los entornos intervenidos. De esta forma se disminuye la vulnerabilidad de los entornos fluviales y aumenta su capacidad de adaptación.



 Renaturalización del dique


Otro tipo de formas del terreno son los arrecifes artificiales que se propone utilizar como rompeolas en Puerto Chico y a la entrada del canal. Es decir, para disipar la energía de las olas antes de que éstas golpeen contra el dique. En lugar de reforzar el muro entre la gente y el mar, la propuesta abraza el mar, aumenta la conciencia del riesgo y disminuye, diseñando un collar rompeolas capaz de amortiguar los daños provocados por la energía de las olas, las inundaciones y la erosión. Todo ello se complementa con estratégicos rompeolas infra mareales paralelos a las costas mas deterioradas, que en conjunto con el arrecife, es la solución basada en la naturaleza perfecta para reducir la agitación de la lámina de agua que actualmente causa daños en las instalaciones y equipamientos costeros. Además, el arrecife y el diseño de este rompeolas, integra una constitución de granulometría de rocas y piezas talladas especiales capaces de albergar peces, mariscos y la atracción de aves en busca de alimentos. Nuevas ecologías que colaboran a la mejora de la biodiversidad, recuperando la naturaleza de Puerto Chico, al mismo tiempo que proporcionan protección, espacios para el ocio y para la pesca mediante nuevas plataformas en la desembocadura. Un nuevo hábitat natural para una infraestructura en vías de la obsolescencia.

 

Procesos de continuidad biológica en el cinturón del estuario


No solo es indispensable preservar y recuperar los sistemas verdes y azules, sino que el éxito de la acción depende de la conexión de sus elementos esenciales en una red yuxtapuesta de ecosistemas. Los ecosistemas no se conciben como sistemas independientes y aislados concatenados por una red dispersa de itinerarios y focos, sino que se pone en práctica a Humboldt enunciando que todos están conectados entre sí y si un ecosistema empieza a fallar puede tener repercusiones en otros ecosistemas. Por ello, se persigue una continuidad biológica a lo largo y ancho del estuario. Mediante la permeabilidad de las infraestructuras existentes, la incorporación de nuevas infraestructuras con contacto mínimo con el estrato suelo, y el mantenimiento de distancias de respeto entre actividades humanas y no humanas se logra dicho objetivo. De esta forma las playas de Garruncho y la Guardada conectan con el Nalón por la nueva renaturalización de Puerto Chico donde una piscina de agua salada se nutre de las dinámicas y procesos ecosistémicos y el intercambio de energía entre ambos mundos. La aliseda pantanosa, gracias a la reordenación de la Xunquera, vive de los aportes de la marisma y cose la herida provocada por la acción humana. Mientras que, la playa de La Llama, amplia su fachada hacia el norte y sur, reubicando los equipamientos deportivos, controlando y estrechando los accesos de paseantes y pescadores, proporcionándoles a estos últimos, infraestructuras sostenibles para la ejecución de la pesca tradicional sin interferir en las dinámicas del estrato suelo.



 Resiliencia física y social


Esta infraestructura viva, se combina con programas y proyectos de resiliencia social en los vecindarios locales y regionales adyacentes, en una plataforma territorial que comprende el estuario del Nalón para ayudar a aumentar la consciencia del riesgo, capacitar a los ciudadanos y comprometer a las escuelas locales en la educación frente al mar. En concreto, se propone la recuperación de actividades económicas históricamente presentes en el lugar y relacionadas con el mar, la construcción de centros sociales (HUBs) como el Loop situado en la zona de la Xunquera dónde aprender y entrar en contacto con el medio marino y con el concepto de resiliencia, y continuar con los proyectos educativos con los colegios. También la promoción del vivero de empresas “El Astillero” donde se compatibiliza las iniciativas empresariales marítimas, la regeneración ambiental y la investigación científica en acuacultura relativa a la recuperación de suelos marinos contra la eutrofización, la contaminación y la degradación por sedimentación.

 

B_Tiempo climático: resist, delay, storage, discharge / estrategias de adaptación a la crisis climática


El estuario está expuesto a un riesgo significativo de inundación fluvial y marina. Una solución completamente integral va más allá de nuestros medios, tiempos y recursos, por lo que la propuesta parte de priorizar, construir de manera inteligente y reconocer dónde enfocar mejor los esfuerzos. Mediante estrategias integradas en los entornos naturales y urbanos, las inversiones en reducción de riesgos también deberían empoderar a las comunidades, potenciar la economía azul y permitirnos crecer en una dinámica resiliente.

 

Ciclo del agua


Debe establecerse un nuevo sistema local de gestión del agua. Las sustancias de desecho, las toxinas ambientales, el nitrógeno y los micro plásticos se vierten en el estuario por medio del exceso de agua superficial, las fugas de las industrias y la agricultura local. Un nuevo sistema local de gestión del agua podría proteger el río, brindar un acceso confiable al agua potable limpia y utilizar el exceso de agua de escorrentía e inundaciones, las aguas grises y negras como un recurso valioso. La gestión del agua en el estuario del Nalón debe manejarse localmente. El sistema de circuito cerrado conserva los recursos y protege la naturaleza, el río y el mar de las sustancias nocivas y la contaminación. De la misma forma, la recuperación de los usos de suelo devuelve la escorrentía natural del terreno con su consecuente corrección de sedimentación al estuario.

 

Resist, Delay, Storage (re-use) and Discharge


Una de las medidas más importantes para proteger el estuario del Nalón es gestionar las lluvias, el exceso de agua y evitar la subida progresiva del nivel del mar. Para lograrlo, se presentan un conjunto de estrategias y acciones combinadas de infraestructuras duras y blandas que permiten evitar inundaciones, ralentizar y encauzar el agua, almacenar el excedente a través de una infraestructura verde interconectada y luego expulsarlo por desagües alternativos e incluso bombearlo. La estrategia integral basada en una excelente gestión del ciclo del agua coexiste en infraestructuras duras programadas y paisajes suaves para la defensa costera (resistir); recomendaciones de políticas vecinales de gestión y consumo, topografías blandas e infraestructuras urbanas para desacelerar y redirigir la escorrentía de agua de lluvia (retraso); un circuito de infraestructura verde interconectada para almacenar y canalizar el exceso de agua de lluvia (almacén); y bombas de agua y rutas alternativas para apoyar el drenaje (descarga). Los objetivos de esta estrategia múltiple son gestionar el agua, tanto para desastres como para el crecimiento a largo plazo.


Resist. Se realizan infraestructuras duras basadas en el tratamiento de los bordes mediante un nuevo “cantil” del frente marítimo ejecutado mediante el empleo de madera reciclada de la reforestación de eucaliptos como especie exótica invasora. Se combina dicha infraestructura con paisajes topográficos suaves, ya sea por detrás de esta línea, mediante la recuperación de crestas y suaves pendientes; como por delante, gracias al tratamiento de bordes, recuperación de marismas, mejoras en el lecho del río, aterrazamientos o sistemas integrados de dobles muros intra mareales. A escala natural, es el arrecife artificial, los rompeolas infra mareales y las estrategias de “The room for the river” los que garantizan la protección frente al agitamiento, la fuerza y la subida del nivel del agua.

 

Delay


La recuperación de los usos del suelo y la reordenación de las actividades existentes facilita el aprovechamiento de las características geológicas de los suelos, las pendientes naturales del terreno, y la modificación de la topografía blanda para retrasar y retener. La recuperación de la escorrentía natural fomenta una red de canalización que recupera la correcta sedimentación en el estuario. Complementariamente a las medidas físicas, se realiza una iniciativa territorial vecinal para concienciar de las estrategias naturales de gestión del agua. Por ello BLUE WATER IS THE NEW BLACK, haciendo referencia a la coloración negra del río por la hulla, es un dispositivo guía que permite localizar áreas vacías, parques y reservas, y pavimentos no permeables para incentivar la actuación sobre ellos por medio de recuperación geológica, plantación, instalación de tanques y depósitos, jardines de lluvia y suelos porosos.

 

Storage (re-use)


Empleando los lugares de titularidad pública como instalaciones deportivas al aire libre, corredores verdes para tráfico lento y las bolsas de aparcamiento, se realiza una red atomizada de cisternas, fosas sépticas y cisternas bajo ellas. Con el fin de almacenar el exceso de agua y proceder a su reutilización mediante diversos tratamientos según su consumo. Esta medida no solo lleva vinculada una infraestructura dura, sino que las balsas de bioretención, los estanques naturales, las acequias y la nueva red verde que canaliza el agua complementan al gran ecosistema natural por excelencia en el almacenamiento de agua: las marismas, las preservadas y las recuperadas.

 

Discharge


Por último, el exceso de agua, tras colapsar las cisternas, busca salida mediante rutas alternativas y bombas de agua para su descarga que no interfieran con las dinámicas mareales de los ecosistemas protegidos ni con las actividades humanas y no humanas.

 

C_Tiempo biológico: infraestructuras de coexistencia basadas en la permanencia y pertenencia al lugar


Al poner la mirada sobre lo cotidiano, se busca un relato sobre temas marginados por la historia. El punto de encuentro de la juventud siempre fue el puerto. Las chicas se sentaban en el puerto para ver pasar los trenes y los barcos y lo que pudieran traer novedosos al pueblo. El puerto era pura vida entre redes, vapor, barcos y sueños. La propuesta toma prestada la imagen evocadora del puerto como lugar de oportunidades para relatar un nuevo paisaje “ecocentrico” económico y productivo que se da lugar no únicamente en el espesor de la línea comprendida entre naturaleza y mar, sino que difumina y sobrepasa estos límites para optar por un nuevo paisaje híbrido productivo natural.

 

La reordenación del antiguo astillero de la Xunquera y su contacto físico con las marismas se desarrolla bajo los parámetros de permeabilidad, integración, coevolución y coexistencia de un entramado de procesos y actividades mas profundos. Organizada por la figura geométrica de un triángulo rectángulo, cuyo epicentro coincide con la nueva catalogación de la rampa del astillero como patrimonio industrial, la hipotenusa de este equidista en cuatro bandas cuya charnela se ubica en el nuevo acceso a la estación de tren desde el puerto, y la bolsa de aparcamiento re-naturalizada, desde donde únicamente el tráfico necesario al correcto ejercicio de la actividad económica puede acceder. Una quinta banda, productiva, organiza las actividades industriales y artesanales, dejando el corazón de la geometría para las iniciativas públicas como los almacenes existentes, la rampa del astillero catalogada, y la creación del programa del Centro Social y Vivero de Empresas “El Astillero” que cuenta con un salón de eventos al aire libre en el inicio de la rampa para dar visibilidad a las iniciativas locales y territoriales.


Paisaje azul


La Xunquera tiene una ubicación estratégica para la industria relacionada con el agua debido a su posición frente a la lámina de agua, así como la corta distancia hacia el interior de baja densidad sucumbido por la belleza de la marisma.  La banda zero, o situada en la lámina de agua amplia no solo la oferta de pantalanes en número y calidad, sino que además ofrece un nuevo espacio de embarque de pasajeros que buscan cruzar el Nalón para embarcaciones La Carmela y la propuesta de una nueva iniciativa que complementa estos viajes de ida y vuelta mediante una embarcación que evoque la imagen perdida de El Vaporín. Rampas y accesos al agua para usuarios y la economía azul, lugares estanciales y de eventos sobre el limite terrestre, brazos que se asoman al estuario y un loop dedicado a la conservación, investigación y cultura ecosistémica son otros de los equipamientos disponibles.

 

La banda principal desarrolla las facilidades para la economía azul y su acceso inmediato tanto a los recursos del agua como a una porción de naturaleza para su coexistencia. Alojadas en pabellones de madera reciclada de la deforestación de los eucaliptos como especie invasora, se cierran con plementerías de madera, policarbonato o incluso redes de pesca, con el fin de conseguir gradientes de seguridad y privacidad a los distintos usos, pero consiguiendo una versatilidad circular en la cesión de espacios. Sus traseras, coincidentes con grandes reservas verdes permite el secado de kayaks, la realización de clases y disponer de un relajante área de descanso. Todo ello se consigue mediante el impulso de un nuevo vivero de empresas basado no solo en la consulta vecinal sino en las necesidades desestacionalizadas de actividades. En el nuevo centro social “El Astillero” se analiza la oferta y demanda de la zona y se impulsa actividades emergentes como el buceo, paddle surf, kayak, náutica recreativa, pesca tradicional, gastronomía local y actividades culturales ligadas con la acuacultura, para una cesión rotativa de estos espacios que dinamice, impulse y no estanque a las empresas emergentes. Una amplia oferta local que lo convierte en un atractivo territorial.



Paisaje verde


La segunda banda se desarrolla entre el hábitat de la aliseda pantanosa y los terrenos de la antigua playa de vías. Ahí ahondan espacios de transición, áreas recreativas abiertas al público, la reubicación de los equipamientos deportivos y una naturaleza de mantenimiento cero. Un tercer paisaje que surge entre belvederes, zonas infantiles, una red verde de caminos, estanques, acequias, la risa y los primeros besos de dos guajes que comparten recuerdos.


La tercera banda cuenta con un nuevo albergue de peregrinos del Camino del Norte. Integrado en plena aliseda pantanosa pretende el desvío de peregrinos a favor de un espacio cultural y de descanso, pero con las facilidades y recursos de disponer a su alcance un núcleo urbano y un frente marino a sus espaldas donde descalzarse y poner en remojo y sal sus pies.

 

Paisaje productivo


La industria y la naturaleza se han considerado incompatibles con el desarrollo urbano. Colmatado de “artefactos de identidad” de su rico pasado productivo que dominan el paseo marítimo, el estuario pone a prueba un emergente paisaje productivo, tras la reordenación del astillero, donde la producción sostenible, la creación de valor y la innovación pueden coexistir con el desarrollo urbano dentro de la naturaleza. Un desarrollo sostenible donde el viejo y el nuevo paisaje industrial se entrelazan con la producción de servicios ecosistémicos y las iniciativas empresariales que revitalizan el sector hacia la actividad marítima desestacionalizada.

 

La deslocalización de la industria y de los grandes lugares de trabajo lejos de un lugar estratégico situado en la fachada marítima como es la Xunquera, puede suponer correr el riesgo de perder cualidades urbanísticas heterogéneas potenciales, redes profesionales e intercambio de conocimientos, abandonado a su suerte espacios vacíos entre la industria activa que provoca no lugares genéricos. Es por ello por lo que la reordenación agrupa y posiciona las piezas y equipamientos anejos de una industria sostenible en un entorno más amable.

 

La quinta banda, que actúa como cateto de la figura, comprende las preexistencias de Náutica Vázquez con una reserva de grandes espacios para producción ligada a la madera y al mar. Allí es donde se transformará la madera de eucalipto en las distintas soluciones enunciadas. Lejos de cerrar el conjunto posibilita una permeabilidad visual y biológica entre piezas, ya sea debido al desarraigo de la edificación con el estrato suelo, o por el aprovechamiento de los vacíos como “campas” o equipamientos recreativos re-naturalizados. La reubicación del campo deportivo ha posibilitado ceder espacio ante la marisma lo que concentra y densifica la reordenación en la eficacia del aprovechamiento optimo del suelo a favor de los ecosistemas de gran valor.

 

Por último, se reubica el punto limpio de Muros de Nalón a una ubicación periférica a la marisma. El antiguo paso a nivel de las vías férreas, habilitado ahora solo para efectos de mantenimiento y emergencia, se realiza el acceso directo a una infraestructura gris camuflada entre la gran arboleda y la recuperación de crestas topográficas que delimitan las vías.




Paisaje pedagógico


Visualizamos al estuario como un posible satélite de investigación conectado a las redes científicas de la universidad. La Xunquera propone un marco para la innovación, la investigación marina y la acuacultura, entrelazados con la vida urbana. Entre la denominada banda zero y la última, se establece un paisaje pedagógico rematado por varios elementos: el innovador loop que sirve como espacio de investigación y anticipación de conocimientos marítimos, el pabellón de rutas de la naturaleza que actúa como centro de interpretación de las marismas y base del observatorio de aves, y la congregación del conocimiento en el Centro Social y Viviero de Empresas “El Astillero”. El primero sirve como espacio para interpretes del patrimonio pesquero, artes de pesca tradicional, gastronomía local, observación de fauna marina. Un lugar de encuentro donde aprender y entrar en contacto con el medio marino y con el concepto de resiliencia y continuar con los proyectos educativos con los colegios, la regeneración ambiental y la investigación científica en acuacultura relativa a la recuperación de suelos marinos contra la eutrofización, la contaminación y la degradación por sedimentación.

 

El segundo fomenta las iniciativas de empresas para guías e intérpretes de ornitología, mediante la sustitución de observatorios de aves dentro de la marisma por zonas estanciales alejadas de la misma como el pabellón de eucalipto. El observatorio no es un lugar fijo, sino que se crea en el camino, en un cinturón natural que permite la dinámica de los suelos y la marisma y la gestión del agua y que, por medio de la monitorización de aves podemos conocerlas y aprender de nuestro ecosistema visionándolo a través de audioguías que se activan utilizando los códigos QR integrados en la propia construcción de la ruta o automáticamente al pasar por un punto kilométrico si cuentas con la APP “LET THE BIRDS SING”. Elementos discretos, integrados en la concepción de un pavimento de redondos de acero reutilizados de las demoliciones selectivas que con mínimo impacto sobre las marismas permiten desarrollar sus dinámicas de retroceso a la par que se disfruta de sus servicios ecológicos. Itinerarios, áreas recreativas abiertas al público en la segunda banda y parques con zonas verdes y juegos infantiles basados en el conocimiento de las especies de flora son parte de esta innovación cultural, educativa, de respeto y concienciación ante los seres no humanos que cohabitan en el estuario. Por último, el tercer elemento, es el resultado que da cobijo a la difusión de datos y conocimiento a nivel regional para facilitar las estancias a las distintas redes científicas nacionales y de Asturias a la vez que se visibiliza las iniciativas empresariales locales.

 

Paisaje sostenible


El principal objetivo es la reducción del consumo energético y los residuos no utilizables en la construcción de la propuesta. La organización racional de las energías y recursos consumidos se centra en el empleo de materiales de construcción obtenidos de la deforestación de las especies invasoras como el eucalipto, así como por otros de los incendios forestales, materiales de pesca reutilizados, o materiales de la selectiva demolición de entornos y edificios. Con ellos somos capaces de crear una red de rutas y equipamientos que combinan el acero reciclado con un tiempo de oxidación que alcanza el contraste con el color de la vegetación autóctona de la zona, el frente marítimo de eucalipto que resiste ante la subida del nivel del mar y que continúan almacenando CO2 en el fin de su vida útil, los pabellones integrados con la naturaleza bajo los que discurre la escorrentía natural del terreno y los cerramientos de redes, madera o policarbonato que nos conciencian de una segunda vida de la materia.

 

La optimización de recursos se complementa con la consecución de energía renovable gracias al equipamiento undimotriz en el dique nuevo de hormigón en masa, que por ser inviable su renaturalización por el alto contenido de residuos generados en su demolición, integra la instalación que convierte la oscilación de la columna de agua provocada por las olas en energía eléctrica. El reciente caso de éxito en Mutriku, nos hace soñar con una energía limpia que evoca la fuerza del mar con el sonido de los bufones.



  

D_Tiempo psicológico: fenómenos cotidianos y ordinarios


Nos vemos capaces de otorgar un sentido especial a todos los fenómenos cotidianos y ordinarios que modelan la vida de la sociedad contemporánea. La interpretación socio-ecológica en base a parámetros exclusivamente estéticos ha pasado a mejor vida. La regulación e incorporación de servicios ecosistémicos a los núcleos urbanos promueven la salud física y psicológica de la población, acentuando una relación de calidad paisajística y ambiental con su entorno. Por ello, acciones factibles a corto plazo en el tiempo humano provocan una comparación con los estados pasados que conlleva un sentimiento consciente de coevolución con la naturaleza hacia un sistema de gestión verde. Para ello estas acciones se desarrollan en el ámbito urbano, extendiéndose en sus límites por medio de un anillo ecosistémico. Diseccionando la composición única de las capas del estuario, el marco de caminos y rutas tiene como objetivo crear una infraestructura divergente para fomentar la conversación entre los dos pueblos y su territorio. Crear vínculos entre el pasado y el presente, y permitir que surjan nuevas realidades ecológicas mediante el establecimiento de conexiones entre el ser humano y la naturaleza. Esta red proporciona un paisaje coherente que impregna el estuario.

 

Movilidad verde


La propuesta prioriza la movilidad promotora de la salud, baja en emisiones, que emplea energía renovable y eficiente en el espacio disponible. La infraestructura existente para automóviles se modifica en los extremos del estuario, Puerto Chico y la Xunquera, y en el área del puerto de San Juan de la Arena, a favor de nuevas inversiones en movilidad verde mediante una línea circular de flota de minibús eléctrico, un cinturón natural ciclista, con sistemas de hubs de e-rent local públicos, y peatonal combinado la atomización de bolsas de aparcamiento y hubs de movilidad en sitios estratégicos. De esta forma proporcionamos estacionamientos en aquellos puntos donde solo se garantiza el acceso rodado a los servicios económicos, de mantenimiento y emergencias. El disfrute de la regeneración ambiental solo es factible con la previsión estratégica de sus servicios. Al reducir la superficie motorizada conseguiremos un nuevo centro acogedor y re-naturalizado. Los transbordadores eléctricos de bicis y microbús conectan San Esteban con San Juan de la Arena, así como con los pueblos adyacentes de Muros de Nalón y Soto del Barco. Una conexión verde no solo como red funcional sostenible, sino como un camino recreativo para humanos y otras criaturas vivientes que logra un tejido conectivo entre la costa, las áreas de vivienda, el nuevo puerto económico, los centros locales y la naturaleza.


 

Convivencia o super islas flotantes en el estuario


Tanto en San Juan de la Arena como en San Esteban se prioriza la modalidad peatonal en entornos amables frente al vehículo rodado en unos núcleos poblacionales que constituyen ciudades de 15 minutos. Para ello se crean ambas áreas de convivencias a modo de “super islas”. Supone la reconquista táctica del asfalto por medio de suelos permeables indiferenciados entre movilidades y estancias, humanas y no humanas, que combina la vegetación urbana que proporciona mejoras climáticas con el comercio, las actividades en planta baja y vida local. Procurando la mayor mezcla de actividades y el mayor tiempo de uso posibles. Una redistribución del tráfico, así como la creación de una bolsa de movilidad que integra el aparcamiento de la zona permite despejar la vía principal que únicamente es recorrida mediante un trayecto serpenteante a través de obstáculos naturales y equipamientos, a baja velocidad por los vehículos. Junto a ello, largas y anchas “alfombras” se sitúan en las plantas bajas de los edificios para favorecer sus relaciones sociales e intercambios de sinergia con el entorno. De esta forma las terrazas poseen nuevas zonas bajo la sombra de árboles autóctonos, los edificios cuentan con zonas de accesibilidad universal en sus entradas y la cofradía de pescadores “La Rula” posee un eje marcado con la nueva plaza de eventos que desciende hacia las aguas del Nalón. Estos pavimentos son la base de la permeabilidad y el reverdecimiento de las áreas urbanas, sin diferenciación de cotas, sin desniveles con los parterres vegetales, eliminando cualquier marca vial, introducen un alto índice de reflectancia para minimizar los efectos de la isla de calor.

 

En resumen, calles verdes que compatibilizan la movilidad con otros usos del espacio público, tales como la estancia, el juego, el encuentro o la contemplación. En ellas la prioridad es de las personas que caminan, tanto para desplazarse como para el resto de las actividades sociales.

 

Una gran red que potenciar


La movilidad funcional verde se añade a la superposición de capas existentes y potenciadas de sendas y caminos. Una ruta circular patrimonial que alcanza desde la nueva catalogación de la rampa del Astillero hasta las tolvas, pasando por los distintos puntos importantes de la memoria industrial. Para completar dicho recorrido se conecta la diferencia de desnivel entre las tolvas y la zona urbana de San Esteban por medio de una estructura vertical de madera que sirve de elevador y nuevo mirador, haciendo posible la accesibilidad universal en el patrimonio.

 

La red de descubrimiento natural discurre en paralelo a la red deportiva y de bici. Creando un anillo que cruza el Nalón, rodea las marismas en su periferia, evitando las intrusiones, sirviendo de paisaje pedagógico y observatorio de aves y naturaleza. Por su parte, en el extremo norte, conecta con la existente ruta de los miradores en Puerto Chico, donde uno de los pabellones está dedicado al alquiler de material deportivo, así como a consignas para acceder a las playas lo más ligero posible.

 

El nuevo cantil del frente marítimo, esa línea de madera que resiste ante la subida del mar, se convierte en un nuevo atractivo sobre el estuario en los puntos estratégicos ya comentados. En ellos compatibiliza funciones de movilidad, con las recreacionales y con pequeños gestos sobre el Nalón que permiten su interacción como miradores o accesos al agua.

 

Por último, se hace indispensable un desvío obligatorio del Camino del Norte que pase por el nuevo albergue y que sea capaz de equilibrar la pernocta de peregrinos con Muros de Nalón en un ambiente renaturalizado y en profunda conexión con nuestro yo.



 Equipamientos públicos


Esta red yuxtapuesta funciona gracias a focos atractores, entre los que destacan el comentado Loop de acuacultura, el nuevo centro social o vivero de empresas “El Astillero”, el ascensor mirador de las tolvas, la plaza de eventos en San Juan de la Arena, un espacio flexible acotado a las dimensiones y necesidades del estuario, que permite la renaturalización de sus límites y la continuidad biológica bajo ella a la vez que desciende hasta el Nalón; y la renaturalización de las piscinas de agua salada. Un equipamiento que actualmente es un gran atractivo y que se integra con la nueva estética autoorganizada de Puerto Chico mediante la intrusión de agua salada de la playa de las playas de Garruncho y la Guardada y cuyos equipamientos siguen la misma lógica sostenible que el resto de la propuesta. Un nuevo espacio que no se sobrepone al entorno natural, sino que lo entiende y se beneficia de sus dinámicas.

 

Mantenimiento cero


Los espacios verdes y su ecología inherente no se “colocan” en el urbanismo como un mero gesto. Todas las actuaciones del tiempo psicológico coexisten con el impulso a la renaturalización. Al igual que Gilles Clément, proponemos una gestión por abandono. No un abandono inconsciente, sino plenamente consciente de la construcción de un jardín planetario, biodiverso, flexible, dinámico y autoorganizado. Un tercer paisaje que reduzca a cero los altos gastos de gestión y mantenimiento de especies socialmente aceptadas por aquellas autóctonas que han estado allí mucho antes que la actividad humana. La biomasa urbana aumenta con el reverdecer de sus calles mediante especies locales de mantenimiento cero que se combina con el arbolado y estrato arbustivo existente, lo que evita la utilización de tratamientos fitosanitarios nocivos. Se estudia su composición y ubicación en las áreas urbanas en función de las variables de crecimiento, cambios de estación, volumen, floración y color. Un nuevo enfoque bajo la estética resiliente que tanto buscamos.



Paisaje etéreo: sistema adaptativo complejo


Se puede decir que los sistemas adaptativos complejos a menudo están sometidos a un conjunto de dinámicas recurrentes a lo largo de cuatro fases: una fase de crecimiento o explosión, otra de conservación o consolidación, otra de liberación, catarsis o colapso y una fase de reorganización o renovación. Son estas cuatro fases lo que se conocen como ciclo adaptativo y representan el comportamiento dinámico de los sistemas socio-ecológicos. La evolución del clima y los efectos del calentamiento global, las nuevas formas de captación de agua, las especies vegetales y sus ecosistemas, las maneras en que el ser humano se ha adaptado a condiciones extremas y las huellas que ha dejado en el territorio son lecciones de un sistema al lejos del equilibrio con las condiciones anticipadas de un futuro climático inminente. La situación crítica actual busca valorar los sistemas abiertos mientras se deconstruye el imaginario estético de un territorio explotable y abandonado “porque ahí no hay vida”.



El paisaje solo se reconfigura en un estado crítico, al borde del caos. Concebir el mundo basándose en los principios de la termodinámica y en la teoría de los estados críticos autoorganizados, conduciría a una desmitificación del pintoresquismo clásico alejado del “ahí fuera” permitiendo actuar sobre la materia y la vida. Como han afirmado tanto Reyner Banham como John Van Dyke sobre un sistema abierto al borde del caos y en continua autoorganización, es un espacio para la ilusión y la fantasía. Ahora para el estuario del Nalón es esencial proyectar una vez más una nueva fantasía, una utopía socio-ecológica en coevolución con todas las especies que lo siga avalando como territorio resiliente en procesos lejos del equilibrio y que permita imaginar estas estructuras de estratos yuxtapuestos como el andamiaje de un paisaje etéreo.

 

Tenía Asturias dos colores.


Texto e imágenes:


OSCAR CRUZ GARCÍA (ES)

Arquitecto + Arquitecto Técnico

                                                                              

PABLO PARADINAS SASTRE (ES)

Arquitecto

                                                                          

+.atelierMadrid (ES)

                              

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