A partir de la reflexión y análisis del paisaje como una idea y construcción mental que refleja la relación entre hombre y naturaleza, se plantea Infra Paisaje, un proyecto inspirado en la naturaleza, el arte y la tecnología; el cual propone la intervención de una ciudad que niega su territorio y sus características propias, perdiendo así oportunidades de desarrollo, llevándolo a vivir en deficiencia a escala territorial, urbana y barrial.
CRISIS Y OPORTUNIDAD ENTRE CIUDAD Y ENTORN
En 1953, surge San Juan de Marcona como una ciudad campamento localizada en Ica (costa peruana), siendo una mera extensión de las actividades mineras que se iniciaron en ese entonces, sin ninguna relación con su territorio. Si bien el país se sustenta económicamente en gran medida en el sector minero, poca atención se le ha prestado al diseño sostenible de los centros urbanos donde viven y trabajan mineros y sus familias, bajo condiciones extremas, escasez de agua, recursos energéticos limitados, sin una identidad de lugar y bajo el control negligente de la empresa privada. Los recursos son distribuidos inequitativamente entre la población, organizados bajo clases laborales como empleados y obreros, como si la ciudad se hubiese congelado en el tiempo.
La escasa agua que llega al lugar es vertida posteriormente al mar sin tratar, contaminando y afectando negativamente a la Pesca Artesanal, siendo esta la única actividad económica que no depende de la minería y que ha logrado entrar una potencial alternativa en la recolección de macroalgas. Sin embargo, no existen medidas importantes que busquen su mayor desarrollo.
Frente a esto, el proyecto propone la renovación paisajística de la ciudad, logrando entender al Paisaje como un proceso sistemático donde hombre y naturaleza coexisten, teniendo como engranaje una nueva infraestructura que comprende las necesidades de ambas partes y cómo se pueden complementar una a otra.
El sector para intervenir es un área recreativa deshabilitada rodeada por los dos tipos de tejidos de la ciudad: el tejido contemporáneo del centro y el tejido del campamento minero.
Su falta de tratamiento como espacio público hace que se convierta en una barrera doble, entre el centro urbano y el litoral, así como entre los barrios de empleados y obreros mineros, grupos afectados por la escasez de agua y luz. El equipamiento público y la actividad comercial actual se concentran en el centro de la ciudad, dejando este sector desarticulado de usos públicos importantes, convirtiéndolo en un espacio monótono, sin atractivo a escala urbana.
UN NUEVO PAISAJE
Así, se propone una serie de elementos infraestructurales dentro de un sistema interconectado y distribuido a lo largo del recorrido, experimentable en el cotidiano de los habitantes, buscando convertir un área deshabilitada en un vacío integrador; un límite marcado entre la ciudad y la franja desértica, en un espacio de apertura y reconocimiento del medio; los acantilados de difícil acceso en espacios revalorados desde su ocupación; y una playa desaprovechada en nuevos espacios de actividad.
Mediante la generación de una nueva infraestructura, la propuesta abarca soluciones de abastecimiento básico, así como la regeneración del vacío urbano como integrador entre la ciudad y el litoral, gracias a un equipamiento público que potenciará actividades, mejorando la vida de sus habitantes y otorgándoles nuevos espacios públicos revalorados.
Al entender lo humano desde lo natural y no como algo aislado, es que se logra comprender también a las ciudades como parte de un sistema mayor. Las necesidades que esta debe responder son humanas, pero también territoriales y ambientales.
De esta manera, la naturaleza no es explotada y dejada a su suerte, sino es integrada a un sistema donde es revalorada. Siendo el beneficio tanto para el hombre como para el medio. Contribuyendo así, a la construcción de una nueva idea de paisaje por parte del hombre, evidenciando su valor.
A partir de este entendimiento y los lineamientos propuestos, el proyecto materializa un nuevo concepto de paisaje, como sistema donde hombre y territorio trabajan en simbiosis, conectados por una nueva infraestructura que funciona en niveles más allá de lo meramente funcional.
¨El paisaje tradicional supone un distanciamiento peligroso (...). Un vínculo simbiótico es necesario. Lo bello definido por lo útil¨ -Roger Alain
Arq, Luis Felipe Bendezu
Instagram: @felipebendezuc - @arqkit_estudio