Actualmente las grandes ciudades se mueven a un ritmo descontrolado en donde pareciéramos no tener tiempo para nada. Tránsito pesado, smog, ruido y una vida apresurada hacen parte de nuestro diario vivir. Grandes urbes en las que espacios como parques, humedales y jardines se convertido cada vez más en lugares vitales en donde las personas pueden escapar por un rato del caos y entrar en contacto con la naturaleza. Si bien es cierto, no todos tenemos el mismo modo de percibir y experimentar el paisaje, esta valoración está relacionada con una sensibilidad particular hacia la naturaleza y con una búsqueda profunda de cada individuo.
En esa búsqueda diaria, entre intuitiva y ardua, la arquitecta y artista bogotana Katherine Ruiz Álvarez ha encontrado diferentes maneras de acercarse a la naturaleza para comprenderla y escucharla. Montañas lejanas, ríos (muchos de ellos canalizados), parques y humedales escondidos, que poco a poco se han ido desvaneciendo entre el gris de una ciudad con más de 8.000.000 de habitantes. La naturaleza de nuestras ciudades está siendo silenciada - Vivimos en un paisaje no escuchado, en donde evidentemente la mayoría de los ciudadanos y sus necesidades son constantemente ignoradas y por ende las condiciones urbanas y de habitabilidad son asumidas como la normalidad.
Ésta es una de las razones que motivó Katherine a descubrir lo que se esconde en una ciudad que no tiene ya tiempo para sentarse a observar. Es así, como nace la colección ilustrada de ‘Postales de Aves y Plantas Bogotanas’ como el resultado de recorridos los espacios verdes capitalinos y largas pausas de prueba y error entre el óleo y la acuarela. Plantas como el Duraznillo, el Raque, la Feijoa, el Alcaparro, el Chicalá, el Pegamosco, el Calistemo y el Falso Pimiento y siete tipos de aves diferentes como el Copetón, el Azulejo, el Pechirrojo, el Sirirí, el Comprapan, el Turpial montañero y el Colibrí, invitan a ser más sensibles con nuestro entorno, a detenernos, a respirar, a preguntar, a aprender a observar, y a descubrir la naturaleza existente pero muchas veces ‘invisible’. Una oportunidad de conocer un poco más de la flora y fauna local, de apropiarlo y darle voz.
Desde entonces y a través del arte, sigue explorando y viendo el paisaje utilizando diversas técnicas como el vídeo, la fotografía o el collage, permitiéndole profundizar en la lectura y la percepción del lugar, así como entender como reestablecer el diálogo entre el ser humano y su entorno en diferentes contextos, especialmente en aquellos donde esa relación ha sido silenciada, interrumpida o violentada.
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@kathr. alvarez
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