Mucho se ha especulado en relación con el bosque circular de Japón, debido a su similitud con las misteriosas formas que aparecen en los cultivos, las cuales han sido atribuidas a seres de otro planeta.
En una de las cuatro grandes islas de Japón, Kyushu, donde se encuentra la prefectura de Miyazaki, un particular bosque de cedros japoneses, se elevan hacia el cielo creando círculos concéntricos. Las fascinantes formaciones naturales no son producto de seres de otro planeta sino más bien el resultado de un proyecto desarrollado en 1973, sobre el crecimiento y la separación de los árboles. En esa época, el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca de Japón, designó un área de tierra para "silvicultura experimental", en donde un grupo de investigadores plantaron una serie de árboles, con incrementos radiales de 10 grados, formando 10 círculos concéntricos, con el objetivo de medir el efecto del espaciamiento de los árboles en crecimiento.
Imagen: Google earth
A lo largo de casi 50 años los arboles han crecido, en donde uno de los resultados más interesante del experimento, es el hecho que los individuos también crecieron en forma convexa. Los árboles que se encuentran en los círculos más pegados al centro, tienen un tamaño menor en comparación con los círculos más lejanos. Al haber más área para crecer se reduce la competencia por los recursos y se incrementa la altura de los árboles. Según los investigadores los individuos que se encuentran más hacia el centro, son hasta 5 metros más bajos en relación con los que están más lejanos.
Quizás el misterioso bosque no fue creado por seres de otro planeta, pero si está presente la magia y sabiduría de la naturaleza, dejando claro que su forma de evolucionar y crecer puede ser tan perfecta como para sorprender a cualquiera.
Imagen: Google earth
Originalmente, el plan requería que los árboles fueran cosecharan en 5 años, pero debido al interés del público y la belleza de la composición que resalta en medio del boque, se está gestionando para que sean conservados.
Mientras en Japón se busca salvar el particular bosque, en otras latitudes planeta la deforestación continua ocurriendo a un ritmo acelerado. Casos como el de la selva amazónica que ha alcanzado la tasa más alta observada en los últimos 10 años, debido a la tala ilegal, así como a la ampliación de la frontera agricultura, ponen en alerta roja la salud de nuestro planeta.
Texto: Camilo Jiménez