Los glaciares son gruesas masas de hielo que se originan en la superficie terrestre como producto de la acumulación, compactación y recristalización de la nieve. Su existencia es posible cuando las precipitaciones anuales superan la evaporada en el verano. Su color azul se debe a la alta compresión del hielo por el peso de la nieve acumulada, la cual impide la formación de burbujas de aire, obstaculizando que la luz rebota como en la nieve. Los fotones amarillos o rojos, que son poco energéticos, penetran en menor cantidad siendo absorbidos antes, mientras que los de color azul, resisten todo el camino y se hacen visibles. Entre más extenso sea el camino que la luz deba recorrer para travesar del hielo, más azul será esta.
Los gigantes bloques de hielo se encuentran distribuidos en todos los continentes del planeta, a excepción de Australia. El valor ecológico de estos radica principalmente en que su hielo constituye casi con el 90% del agua dulce disponible en el mundo, convirtiéndose en imprescindibles para el futuro de la humanidad.
En las últimas décadas una gran cantidad de glaciares han desaparecido, reduciendo prácticamente todos su tamaño, como producto del acelerado aumento de la temperatura del planeta durante el presente siglo. Si bien este fenómeno afecta cada vez con más fuerza a estas imponentes masas de hielo, hay algunos que aún se ha resistido a los cambios climáticos, convirtiéndose en objeto de multiplicidad de estudios y atrayendo gran cantidad de visitantes, como es el caso del Perito Moreno el cual no ha variado sustancialmente su masa en el último milenio.
El glaciar se encuentra localizado en la cordillera de Los Andes, entre Argentina y Chile a 50 km de la ciudad de El Calafate, en la provincia de Santa Cruz. La zona donde se localiza fue declarada como Parque Nacional en 1937 en la búsqueda por preservarlo.
Debido a la importancia biológica, geológica y científica de la que hace parte montañas nevadas, bosques de ñires y lengas, lagos y glaciares continentales, fue declarada patrimonio mundial por el UNESCO en 1981.
Su superficie es de alrededor de 257 kilómetros cuadrados, con una longitud de 30 km, 60 metros de altura y un frente de 4 kilómetros aproximadamente. Si bien no es el más grande de la región, es el más reconocido y famoso de un conjunto de glaciares con los que comparte territorio, debido a que es el único que puede ser observado desde tierra, mediante una serie de pasarelas interconectadas que se adaptan a la topografía y el bosque circundante, brindando una gran cantidad de visuales a los visitantes.
Cuando se produce el deshielo natural de los grandes bloques de hielo que se desprenden del glaciar, estos dan origen a los denominados lagos Argentino y el Viedma, los cuales atraviesan toda la provincia de Santa Cruz hasta desembocar en el Océano Atlántico.
Como se mencionaba anteriormente una de las características que hace más interesante al Perito Moreno, es el hecho de ser considerado como un "glaciar en equilibrio". El frente del glaciar se encuentra en estado estacionario desde 1917 y aunque desde esa época han habido diferentes etapas de avance y retroceso, éste parece conservar su tamaño. La gran masa de hielo avanza continuamente, provocando la acumulación, ruptura y desprendimiento de gigantescos bloques de hielo en su frente situado sobre el canal de los Témpanos.
La gran masa culmina en el lago Argentino producido por el deshielo natural, continuando dentro del lago hasta tocar la otra orilla formando un túnel abovedado de 48 metros aproximadamente, que divide el lago en dos partes hasta el momento de su desprendimiento, provocando un sonido estremecedor que se puede comparar con el del trueno.
El fenómeno comenzó a documentarse en 1917 y hasta la actualidad ha ocurrido 22 veces, siendo la de 1966 la más espectacular de todas, alcanzando una altura de 32 metros. Según los estudios realizados la rotura se producía aproximadamente cada 5 años, pero en 1988 el glaciar se rompió y tardo hasta 2004 en volver a suceder. En el 2008 se desprendió una vez más, generándose así 3 rupturas en 6 años, sumada a la del 2012, siendo esta la última de la que se tenga registro.
Los investigadores no han logrado establecer un patrón que indique cuando se producirá el fenómeno, quedando así demostrado que la naturaleza no es una máquina que trabaja rítmicamente; sino que es impredecible, permitiéndonos así maravillarnos cada día más con este espectáculo natural, que nos recuerda el valor que representan estos gigantes de hielo para nuestro planeta.
Texto e imágenes: Carlos Lince ©