El sur de Chile es un lugar mágico en el que el paisaje y la naturaleza son los protagonistas. Se trata de un territorio que por su gran riqueza ambiental, histórica y cultural, se ha convertido en uno de los atractivos más llamativos alrededor del mundo, para los amantes de la naturaleza y la aventura.
Uno de los lugares imperdibles es la llamada Isla Magdalena ubicada en el centro del Estrecho de Magallanes, a 35 km de la ciudad de Punta Arenas. El recorrido inicia en muelle Prat abordando un ferri que rodea la costa de la ciudad, para luego adentrarse por una hora y treinta minutos, en el frio e imponente mar, que fue transitado por reconocidos navegantes como Francis Drake, Pedro Sarmiento de Gamboa, Hernando de Magallanes y Charles Darwin, entre otros.
La isla alberga una gran riqueza en cuanto a fauna se refiere, siendo mayormente habitada por pingüinos, gaviotas y cormoranes. Esta pequeña porción de tierra alberga más de 120.000 Pingüinos Magallánicos, convirtiéndose en una de las mayores colonias de esta especie en Chile. Las llamativas aves arriban a mediados del mes de octubre cada año, provenientes de aguas tibias para comenzar su proceso de reproducción, nidificación y cambio de plumas, para posteriormente emigrar nuevamente a mediados de Marzo hacia otros lugares.
La flora del lugar es escasa debido al clima extremo, predominando mayormente pastos y musgos, acompañados de una gran cantidad de rocas de diversos tamaños, repartidas por todo el lugar. Los únicos elementos construidos son un estrecho sendero que recorre la isla, iniciando en borde del mar, donde atraca el ferri, extendiéndose hasta la parte más alta donde se localiza un imponente faro que hace las veces de mirador.
A lo largo del recorrido se pueden observar las pequeñas crías de pingüinos junto a sus madres en los nidos, así como algunos pingüinos jóvenes corriendo libremente por todo el lugar, mientras que los adultos se agrupan en el borde del mar en busca de comida.
La isla fue declarada en Agosto de 1966 como Parque Nacional y reclasificada como Monumento Natural en el año 1982. Cada año el lugar es visitado por más de 24 mil personas, lo que hace necesario su constante monitoreo y evaluación, en la búsqueda de su protección y conservación. Los mayores conflictos se generan principales en aquellos momentos en los pingüinos van al mar en búsqueda de alimento para sus crías, cruzándose durante el trayecto con los turistas.
Los pingüinos son un grupo de aves marinas no voladoras, que sobresalen por el hecho de localizase únicamente en el Hemisferio Sur del planeta, especialmente en altas latitudes. La conservación de esta especie y de la isla depende tanto de visitantes como autoridades, que conjuntamente deben velar por que se respeten las normas del lugar, para que más personas puedan seguir disfrutando de este espectáculo que nos regala esta zona del planeta.
Texto e imágenes: Carlos Lince ©